Autor: Weldon Kees

El medio es el lugar donde pararse si debiera haber un sitio sólido, indudable, en aquella tierra dañada. Existen dos escuelas, una dice que no hay región carente de azar, dolor y temor, la otra menciona llanuras encerradas para aquellos deseando más que la rosa perfumada.
En una mano, pájaros y babuinos adiestrados pulen la atmósfera con palabras como pizarra, chirriantes y grises. Sus lunas son estériles como sus ojos, mármoles embotados, empapados y atrapados en cavernas. Y atardeceres expandidos por días de fácil dolor: la caída de todas las sonrisas desde un pedestal tambaleante.
Y en la otra, absolutos disfrazados como dioses en máscaras de imprenta hurgan en las ruinas y disputan el arribo de la hora perecida, pasada y muerta –una que ellos esperan histéricamente, para penetrar, y guiar con orgullo al inesperado suicidio.

traducción: HM

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