Autor: Weldon Kees
El estado agrietado donde ellos dejaron que tu aliento no sea más instrumento. A lo largo de la orilla la arena rasgada, y la sangre más nueva surcada como una vena a cada monumento. El humo vacío que derivó cerca de las armas donde el motor rígido golpeó en el barro, tenía el olor de cien soles quemados. El techo de tu cielo se puso oscuro. Hoy hace un año que ellos rompieron tus huesos. Tan podrido en un armario en el suelo por las malas trompetas y el largo dolor estacional del capitolio. Podrido para sus invitados, vivos, que pisan afuera de la muerte. Todavía tú, un frío año, vienes más viviendo a este cuarto que esos intrusos, verticales y calientes.
traducción: HM
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