Autor: Weldon, Kees

Bajo el búnker, donde el olor a queroseno preparó el rito matrimonial, líder y prostituta, encendido imperfecto hasta en este viento, ardiendo.
Alguien en uniforme tararea a Brahms. Sirvientes preparan historias de testigos mientras cae la noche, mientras carbones humeantes esperan botas sobre la piedra, las tropas ocupantes. Ministros aúllan.

Profundo en el subsuelo de la Montaña Kyffhauser el sagrado imperio romano ronca, en siete siglos de duradero sueño. Su larga barba roja crece de la mesa al suelo. El se mueve un poco. Lejos en el laberinto, un trueno bajo retumba y se disipa. Retuércete y quédate quieto. ¿Está Hitler ahora en los Himalayas?
Estamos en Cleveland, o Sioux Falls. La arquitectura parece como Omaha, el aire bombeado adentro desde Düsseldorf. La lluvia fría continúa cayendo justo afuera de las barras. Los testículos explotan sobre la mesa como el comisario destornilla el banco, se saca los guantes, baja el Izvestia. (Viejos saboteadores, controlados por el intrigante e inconquistable fantasma de Trotsky, aún amenazada Novgorod.) Y no lejos de los pozos, esos huesos de los nuestros, quemados, blanqueados y astillados, son llevados en palas, listos para los campos.

traducción: HM

Vistas: 0
Compartir en