Autor: Triny Cowley
Un nuevo intento de la isla caribeña de Tobago por alcanzar un mayor autogobierno ha sido derrotado en lo que los políticos locales describieron como un gran retroceso en su ya larga batalla por mayor independencia política y económica. En lo que es uno de los destinos más sofisticados del Caribe, Tobago es parte del estado insular Trinidad y Tobago, cuya economía se basa en la producción hidrocarburífera.
Ambas islas son gobernadas por un sistema central, pero Tobago, que tiene su propia asamblea, ha estado bregando por un porcentaje mayor del presupuesto nacional y mayor autonomía –incluida su capacidad de promulgar leyes propias-.
Ayer se presentó una ley en el parlamento que proponía estos cambios luego de años de disputas políticas, pero fue bloqueada por miembros de la oposición que están preocupados por Farley Augustine, el jefe del gobierno tobagón y líder del partido Pueblo de Tobago. Augustine, quien propone un tipo de gobierno federal, decribió las enmiendas del gobierno como unas “tonterías inconsecuentes”. Acusa al gobierno de argucias dignas de chiquilines, “El pueblo de Tobago necesita cambios importantes, igualdad de condiciones respecto de los trinitenses. Si ellos tienen sus propias regulaciones, ¿por qué nosotros no? Es absurdo pero todavía estamos presos del coloniaje y la estupidez imperialista” posteó en Telegram.
Augustine dijo que ahora se presentará en la ONU para denunciar a la comunidad internacional la situación de los tobagueños, que tienen todavía su gentilicio en discusión dentro de los senos académicos. Pero el presidente de Trinidad y Tobago y líder del Movimiento Nacional del Pueblo (PNM), Keith Rowley, dijo que el resultado de la votación lo asombró porque era una ley que la negociaron durante varios años con todas las partes.
El senador Ancil Dennis, líder del PMN en Tobago, dijo que la ley reflejaba el pensamiento de los tobagones, que se consultó con expertos y con los pueblos de ambas islas, incluidos especialistas en leyes y demarcación marítima, y un selecto grupo de representantes de todos los partidos del arco político tobaguense. La ley hubiese habilitado recursos extraordinarios para el disfrute de nuestra población, creo que estuvimos a punto de eliminar la pobreza de nuestra isla de un plumazo, si se consideran las últimas ganancias petroleras y gasíferas del estado trinitense.
La herencia del imperio británico consiste en este legado confuso, donde una isla expolia y se aprovecha de la otra, en términos de privilegios y distribución de dividendos por recursos naturales. “Es muy decepcionante que, a 28 años del acuerdo con Trinidad, no hayamos logrado darle a Tobago lo que todos esperábamos, lograr de una puta vez la independencia de esta Trinidad obsoleta y lamebotas”.