Autor: Kees, Weldon

El perro deja de ladrar después de que Robinson se va. Su acto ha terminado. El mundo es un mundo gris, no sin violencia, y él patea bajo el gran piano, la caza de la pesadilla en camino.
El espejo desde México, atascado a la pared, no refleja nada. El vidrio es negro. Sólo Robinson provee la imagen robinsoneana.
Que son todas las paredes del cuarto, cortinas, armarios, cama, la fotografía teñida de la primera esposa de Robinson, alfombras, jarras de panetelas en un humidor. Llenarían la habitación si Robinson ingresara.
Las páginas en los libros están en blanco, los libros que Robinson ha leído. Esta es su silla favorita, o donde estaría la silla si Robinson estuviera aquí.
Todo el día suena el teléfono. Podría ser Robinson llamando. Nunca suena cuando él está aquí.

Afuera, blancos edificios amarillean al sol. Afuera, los pájaros circulan continuamente donde los árboles son reales y no se toman vacaciones.

traducción: HM

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