Una agonia. Como ahora

Autor: Baraka, Amiri

Estoy adentro de alguien que me odia. Miro afuera desde sus ojos. Huelo Ios tonos sucios que entran a su respiración. Amo sus mujeres desgraciadas.
Ranuras en el metal, para el sol. Donde mis ojos se sientan girando, al fresco aire la mirada de la luz, o carne dura restregándose sobre mí, una mujer, un hombre, sin sombra, o voz, o sentido.
Este es el envoltorio (carne, donde la inocencia es un arma.) Una abstracción. Tacto. (No el mío. O el tuyo, si tú eres el alma yo tenía y abandoné cuando estaba ciego y tenía a mis enemigos cargándome como un hombre muerto (sí él es hermoso, o compadecido.

Puede ser dolor. Como ahora, como toda su carne me hiere.) Puede ser eso. O dolor. Como cuando ella corrió de mí al bosque. O dolor, la espiralada mente de plata giró contra el sol, más alto que incluso hombres viejos pensaron que podría ser Dios. O dolor. Y lo otro. El sí. (Adentro de sus libros, sus dedos. Ellos son flores amarillas marchitas y nunca fueron hermosos.) El sí. Tú, alma perdida, dirás ‘belleza’. Belleza, practicada, como el árbol. El río lento. Un sol blanco en sus húmedas sentencias. O los hombres fríos en su tormenta. Extasis. Carne o alma. El sí. (Sus vestidos soplados. Sus copas vacías. Ellos cantan a mis talones, no a los tuyos.) Carne o alma, como corrupto. Donde la respuesta se mueve demasiado rápido. (Donde el Dios es un ser, después de todo.)
Aire frío soplado a través de estrechos ojos ciegos. Carne, blanco metal caliente. Brilla como el día con su sol. Es un amor humano, vivo adentro. Tú reconoces un esqueleto huesudo como palabras o simple sentimiento.
Pero no tiene sentimiento. Como el metal, es caliente, no lo es, entregado al amor.
Arde la cosa que está adentro. Y esa cosa grita.

traducción: HM

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