Autor: Bly, Robert
Hay tanta dulzura en las voces de los niños, y tanto descontento al final del día, y tanta satisfacción cuando pasa un tren.
No sé por qué el gallo continúa llorando, ni por qué elefantes siguen levantando sus trompas, ni por qué Hawthorne continuó escuchando trenes a la noche. Un niño hermoso es un don de Dios, y un amigo es una vena en el revés de la mano, y una herida es una herencia del viento.
Algunos dicen que estamos viviendo el final del tiempo, pero yo creo que mañana arribarán miles de ministros paganos a bautizar el viento.
No hay nada que necesitemos hacer respecto a Juan. El Bautista ha estado apoyando sus manos sobre la tierra por tanto tiempo que el agua del pozo será dulce por cien millas.
Está bien si no sabemos lo que el gallo está diciendo en el medio de la noche, ni por qué sentimos tanta satisfacción cuando un tren se va.
traducción: HM