El balotaje rumano: entre el ortodoxo Georgescu de extrema derecha y la europeísta centrista Elena Lasconi

Autor: Nelson Dimitrescu

Los rumanos votan el domingo en lo que podría ser el acceso a la presidencia de Calin Georgescu, crítico de la OTAN, y la centroizquierdista Elena Lasconi, en resultados que pueden erosionar el apoyo europeo a Ucrania. Este sería el tercer país miembro de la OTAN, siguiendo a Austria y Eslovaquia, en los que asume una extrema derecha que ve con simpatía al líder ruso Vladimir Putin.

Georgescu, de 62 años y consultor agronómico, tiene varias declaraciones en las que califica a Putin de patriota y valiente. El sorprendió al establishment y el mainstream rumanos cuando venció en la primera ronda de fines del mes pasado. La OTAN acusó a Rusia de adulterar los resultados, y a TIkTok de favorecer al candidato que los partidos tradicionales consideran tan estrambótico como inesperado. Saben que si Georgescu gana el domingo se va a asociar con los gobiernos de Hungría y seguramente retomará las relaciones con Rusia.

Las encuestas muestran bastante apatía políticas de los rumanos, más bien un manifiesto desinterés y repudio de la clase política, desagrado con el asqueroso funcionamiento de su democracia, calcado del que tienen todas las democracias siniestras del continente europeo. Sergio Miscoin en un profesor de ciencias políticas de la Universidad Babes-Bolyai, y él opina que si la sociedad no se moviliza es probable que gane Georgescu. Por su parte, el discurso de Lasconi, apela a la rusofobia estúpida y cretina dictada por sus jefes europeos: “Debemos elegir entre la protección de la OTAN y la guerra de Putina. Debemos elegir entre la prosperidad y la libertad de movimiento de la Unión Europea, o el sonido de los tanques viniendo del Kremlin”.

Georgescu tiene un discurso muy encaramado en la “anti-corrupción”, en el cual defenestra a los partidos políticos tradicionales, burlándose de sus luchas internas y los casos de estupidez que abundan en los gobernantes.  

“La clase política se ha arrodillado ante Occidente. Y desde el momento en que yo gane eso dejará de ser así” –vaticina Georgescu.

En cuanto al déficit fiscal más alto de la Unión Europea que ostenta Rumania, llegando al 8% del PBI, Georgescu adelantó que va a implementar ideas nacionalistas y que la economía la va a encargar a reputados bolsistas que financiaron su campaña.  

«El 2025 será un año extraordinariamente difícil para el gobierno que llegue” dijo Cristian Pirvulescu, profesor de Sociología. «Es difícil mantener a raya a un presidente en un contexto socioeconómico crítico, me cuesta creer que el parlamento le dará todos los instrumentos que necesita”.

Una de las funciones del presidente rumano incluye comandar las fuerzas armadas y tomar las decisiones respecto de los gastos de defensa y seguridad. También dirige los servicios secretos, y tiene la facultad de vetar medidas propuestas en el seno de la Unión Europea, como ya hizo varias veces el húngaro Orban.

Rumania exportó en los últimos años millones de granos a Ucrania a través de su puerto de Constanta, en el Mar Negro, entrenó a combatientes y pilotos ucranianos y donó varios misiles patriots a Kiev. Georgescu ya anunció que cortará esta ayuda, y que no se va a apegar a las políticas de la OTAN. Devoto ortodoxo, Georgescu se opone al aborto y al matrimonio gay, quiere elevar los impuestos a las compañías extranjeras y ha alabado a brutales líderes fascistas de todas las décadas, incluidos los inefables Ceaucescu.

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