Autor: Bly, Robert
La noche y el día arriban, y día tras día se van, y lo que es viejo permanece viejo, y lo que es joven permanece joven y envejece, y la pila de madera no rejuvenece, ni los desgastados dos-por-cuatro pierden su oscuridad, pero el árbol viejo continúa, el granero se para sin ayuda por tantos años, el abogado de la oscuridad y la noche no está perdido.
El caballo se balancea alrededor en una pierna, camina y gira, la gallina agitando las garras en el gallinero, sus alas pariendo y fecundando, pero lo que es primitivo no será disparado a la noche y lo oscuro. Y lentamente el hombre amable se aproxima, pierde su rabia, se sienta a la mesa.
Entonces estoy orgulloso sólo de aquellos días que pasamos en ternura completa, cuando tú te sentaste a dibujar, o haciendo libros, engrampados, con mensajes al mundo… o coloreando a un hombre con el fuego saliendo de su pelo. O nos sentamos a una mesa, con el pequeño té cuidadosamente servido, así pasamos nuestro tiempo juntos, en calma y encantados.
traducción: HM