Autor: Day Lewis, Cecil

Alondra, alondra del cielo, derramando tus frotados y redondos guijarros de sonidos en el lago quieto del aire, cuyos círculos ampliándose llenan el mediodía, aún ninguna es conocida tan pequeña junto al sol: fortalece tu ferviente remontada, ¡tu aire del cielo! ¡Tiembla allí, un nervio de canción! Flota allí arriba donde la voz y el ala son uno, una estrella cantando, ¡una nota de luz!
Animada, envuelta en los alcances del cielo, porque pronto cambiará la marea de la luz. ¡Oh, quédate! No ceses hasta que las corrientes del día vayan al oeste, entonces por aquel estuario desciende a la paz.

traducción: HM

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