Autor: longley, michael

Como si la sala de una casa escuela fuera todo lo que conociéramos, y nuestras ropas fueran negras, nuestra ropa interior negra, casarse con un coche de caballos para ir a la iglesia y las siluetas de los niños en un campo nevado, te traigo este retazo como una pequeña finca donde serví como el muchacho contratado detrás de la grada, sus hilos del color del melón y la cereza, sujetando pacas de heno, mazorcas de maíz, hojas de tabaco. Tú puedes colgarla en la pared, una ventana de catedral, o dejarla sobre el piso junto a nuestra cama, así cuando nos desvistamos para dormir o el amor, caminaremos sobre ella como sobre un lecho de flores.

traducción: HM

Vistas: 0
Compartir en