Autor: longley, michael
Tú me mostraste mis pies mellizos cuando él estaba muerto, los pies de tu esposo navegante, los de tu ingeniero, cuán fríos se sentían, qué bello tobillo y dedo, formas de hueso desde nuestro lúgubre vientre enredado, los pies inmortales de un dios, me atreveré a pensar, cuando esparzamos sus cenizas en el Mar del Norte, fuera del ventoso muelle de Whitburn Village, Poseidón, dicen, quien conduce su carroza de bronce, caballos con pezuñas tan de cabeza sobre las olas, todas las criaturas del mar saben quién debe ser, y las partes del mar con un tipo de felicidad y el eje ni siquiera se moja.
traducción: HM
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