Autor: Paul Jackson
El trailer del último emprendimiento multimillonario de Netflix comienza con un dramático batir de tambor, el golpe de un guante sobre la bolsa, y un familiar acento de Brooklyn. “El es un asesino fabricado” dice Mike Tyson, casi con disfrute de dibujo animado. “Yo soy un asesino natural”. La cámara luego corta al hombre que enfrentará el próximo sábado, el influencer Jake Paul. “Vamos a la guerra” predice Paul, quien hizo su fortuna filmando bromas estúpidas para pasarlas por YouTube hasta ingresar al más lucrativo negocio del boxeo. “Y lo están noqueando”.
Olviden el hecho de que Tyson tiene 58 años y que no ha peleado profesionalmente desde que su banquillo abandonó contra Kevin McBride hace 20 años. O que Paul, de 27 años, es un novato que perdió el año pasado contra la estrella de la Isla del Amor, Tommy Fury. Más de 60.000 fanáticos acudirán al AT&T Stadium en Arlington, Texas para observar la pelea en persona, con millones acompañando desde el streaming.
Pero mientras los dos hombres se preparan para pelear a ocho rounds de dos minutos, a cambio se sugiere que cada uno va a cobrar más de 20 millones de dólares, y la pregunta ha quedado revoloteando en el aire de Texas. ¿Es esta una horrible pantomima? ¿O debería ser visto como un presagio de lo que se avecina? Y lo que es más intrigante aún, ¿por qué Netflix invierte tantos millones en este encuentro del viejo mundo del boxeo con su nueva repetición en YouTube? Especialmente cuando casi todos en el deporte creen que es una idea terrible.
Barry McGuigan, que estaba en su mejor forma hace 40 años, resume el malestar del boxeo de manera particularmente elocuente. “Yo tengo 63 y Tyson sólo cinco años menos. Así que la idea de él boxeando con cualquier tipo, aún cuando sea uno común, es muy malo a su edad. Tú tienes tu reputación. Eso es lo que la gente recuerda. Y yo recuerdo a Mike Tyson como una máquina demoledora.El realmente fue uno de los pesos pesados más peligrosos que se haya calzado los guantes. De eso no hay duda. Y no quiero que alguien diga dentro de 20 años: ‘Oh, ese es el tipo que hizo esa farsa de pelea con aquel youtuber’”.
McGuigan es generoso con Paul, diciendo que “obviamente puede boxear un poco”. Pero eso, para él, aumenta el riesgo aún más. “Un tipo de 58 años no debería estar peleando. Simplemente no debería. A su edad la fuerza de los golpes invariablemente decae. Y aunque veamos todos esos videos de Tyson haciendo bolsa, no es real. Lo que es real es un sparring de buena calidad que le haga oposición y veremos cómo luce entonces. Te puedo asegurar que no debería estar haciendo esto a su edad” -insiste McGuigan.
Adam Kelly, presidente de IMG (agencia de marketing de deportes global) tiene una perspectiva muy diferente. Kelly acepta que haya escépticos, pero augura que Tyson vs Paul tiene “el potencial de hacer el mejor rating de todos los tiempos, y ser el evento boxístico más visto de toda la historia”.
Esas son palabras fuertes, y tienen más peso dado que Kelly organizó la pelea de Floyd Mayweather vs Conor McGregor en 2017, que en su momento fue un éxito del pay-per-view y abrió el camino para este tipo de peleas. En su rol actual, también incide en cómo Netflix y otras plataformas transmitirán el deporte en el futuro. El primer canal de transmisión fueron la TV comercial y la publicidad, el segundo el pague TV, y el tercero es el que está siendo potenciado por Netflix, Amazon, Apple y Google con YouTube.
“El deporte es una parte principal de la economía de la atención, y estos tipos son muy efectivos en convertir la atención en ganancias. Así que lo que serán capaces de hacer mejor que los actuales jugadores es monetizar audiencias cada vez que los vean”.
Tyson vs Paul es, en efecto, la apertura de una serie de eventos de Netflix antes de los juegos de la NFL de navidad y la WWE (World Wrestling Entertainment), así como deportes en vivo en el futuro cercano. ¿Pero cómo Netflix y Amazon pueden competir con cargos mensuales de Sky o altos valores de pay-per-view? “Pienso que uno de los desafíos que enfrenta el deporte es la monetización directa de los fans, es un tipo de pulseada, para usar una expresión de la MMA (Artes Marciales Mixtas). Hay un montón de formas en que el compromosio y la audiencia se convierten en ganancias. Por ejemplo, ¿puede Amazon convertir la atención al deporte en oportunidades de venta adicionales, e incorporar más negocios a su canal de online shopping? ¿Y Netflix puede expandir y mejorar su plataforma publicitaria, que ya es significativa y está creciendo? Netflix se aproxima a los 300 millones de suscriptores, y a 50 millones en su versión de coste bajo con publicidad. Y creen que estas cifras tienen potencial de crecimiento, y han encontrado un modelo diferente de cargarle más dinero a sus clientes, que conduce a la vez a más ganancias e ingresos al juego o deporte” –argumenta Kelly, quien se explaya en su explicación: “Lo mismo aplica a las otras grandes compañías tecnológicas. Y si reúnes todos esos elementos, comenzarás a ver que no es una aberración, es como una tendencia que se viene. Pienso que él mirará esto más adelante y pensará: ‘Bueno, este es el momento en que Netflix hizo su bautismo de fuego en el deporte. Realmente lo estan impulsando. Y pienso que será una de las peleas más grandes que se haya transmitido jamás’”.
Pero varios en el boxeo continúan escépticos. El promotor Eddie Hearn ha criticado la pelea, llamándola “peligrosa, irresponsable e irrespetuosa del boxeo”, y la venta de entradas ha sido lenta. Mientras McGuigan también teme lo peor cuando comience la pelea “Yo espero que sea apropiada, y que no sea una carga de tontería coreografiada. Y espero que sea real. Pero si en sus veinte Tyson hubiese golpeado a Jake Paul lo hubiese llevado al hospital por una semana. No ahora porque es un hombre viejo”.
De todos modos, como señala Kelly, los críticos también fallaron antes del combate de Mayweather con McGregor. “Los aficionados al boxeo te decían que McGregor era un boxeador terrible, pero yo estuve ahí en Las Vegas, y fue excitante, y la gente compró la pelea en cada simple modo. Y pienso que ahora será similar” dice Kelly.
“Con esa pelea fuimos capace de reunir a dos superestrellas de audiencias bastante diferentes. Con esa pelea comenzó una tendencia donde has visto a inadaptados, a influencers –como Logan Paul, Jake Paul, KSI y otros– que comenzaron a darse cuenta de que un montón de gente pagará para experimentar un evento diferente”.
Sin cometer errores, no será diferente cuando Tyson retorne al ring. Algunos sintonizarán con la esperanza de ver al ex campeón de los pesos pesados ejecutar un knock-out escalofriante. Otros porque el algoritmo de Netflix los sedujo a entrar, o simplemente porque son curiosos de lo que sucederá. Como lo dice un comentarista en el trailer oficial de YouTube: “¿Es tonto? Sí. ¿Lo veré? Sí”. La reacción que siguió sugirió que muchos otros lo sienten del mismo modo.