Autor: Heaney Seamus
Anoche pescadores enredaron un infante en Ballyshannon junto con el salmón. Un desove ilegítimo, uno pequeño arrojado a las aguas. Pero estoy seguro que mientras ella se paró en la orilla esquivándolo tiernamente hasta que los pomos congelados de sus muñecas estaban muertos como la grava, él era un pececillo con anzuelos desgarrandolo.
Ella vadeó bajo la señal de la cruz. El fue arrastrado adentro con el pescado. Ahora el limbo será un frío resplandor de almas a través de alguna lejana zona salina. Incluso las palmas de Cristo, sin curar, rápidas, y no se puede pescar allí.
traducción: HM
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