Autor: Máximo Redondo

Ahora la idiotez se disfrazará de cultura empresaria, de saber ser millonario, de la paquetería de la judería neoyorquina, los perfumes caros y un portfolio de negocios inmenso al servicio de la causa genocida israelí, que parece que implica ahora apoyar fervientemente el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba. Milei alardeó que el voto de Mondino fue un gran error que le costó el puesto en quince minutos. Su desquiciado mesianismo lo lleva a creer en las posturas infames de su secta de ortodoxos pedófilos que sigue adelante con sus guarangadas, en su apuesta por la presidencia de Trump. Hasta el Che Guevara vomitó en su tumba al enterarse de lo que sucedió.

Werthein ya le pagó varios viajes a Estados Unidos al presidente, la cuenta en el hotel Libertador durante la larga campaña, en el que pernoctó durante casi medio año. Allí se cocinó el desmadre que vive hoy el país, entre visitas de amigos, la mayoría tan millonarios y judíos como él, que bancan la destrucción que está haciendo del Estado el regocijado presidente-topo. Las acciones y bonos de Werthein, y de las bandas de Caputo y Macri, han ascendido al cielo y ahora le toca el rol de ser un diplomático en defensa de una visión del mundo lastrada por el clonazepam y las putas fáciles. Igual el nuevo canciller tiene cientos de habilidades blandas que le permitirán adaptar su discurso y su acción a las directrices del presidente. Seguramente tendrá argumentos brillantes para sostener un bloqueo que sólo ha causado muerte y tristeza en un pueblo heroico, rindiéndole a cambio a Estados Unidos el desprecio de la humanidad por comportarse como un matón tan cobarde. Ni Australia acompañó esta vez la aberración del bloqueo a la isla liberada por el insigne guerrillero argentino, entre otros.

Ahora bien, ¿qué nos deja la experiencia de Mondino al frente de la cancillería?  La revelación de los anhelos ocultos de su casta pegajosa: la pronta muerte de millones de jubilados, que las plagas devasten a la población sexualmente diversa, creyó que los chinos eran unos giles fáciles de engañar, fanfarroneó y ostentó su ignorancia de la geopolítica internacional ante cada frase televisiva, se divirtió coqueteando con diplomáticos europeos, a ver si seducía alguno con sus dotes de viuda negra. Llegó al gabinete más como dueña de un banco que como economista, y se fue como el salame despreciado del sangüichito, comido por un glotón que parece tiene los favores de los reyes del mercado y de las transnacionales saqueadoras de recursos naturales.

Como se puede apreciar por el panorama descripto, Werthein se manejará como pavo real en el ambiente diplomático de alta estirpe y Mondino no tendrá inconvenientes en retomar su trabajo de asesora financiera, vieja bicha de los golpes de mercado, la pueden poner a acelerar fugas cuando se venga la famosa salida del cepo o la prometida dolarización. Ahí también le va a ir bien a Werthein, y no tendrá inconvenientes para pasar sus pesos a dólares.

Ahora, en concreto, el nuevo canciller deportista tendrá que lidiar con la disolución del Estado al que representa, se va a tener que ufanar de ser el jefe de política exterior de una nación saqueada y vaciada, violada en sus más íntimos sueños y deseos. Seguramente habrá fiesta luego de que asuma, tal vez en alguna mansión de un familiar, quizá inviten a artistas que militan el macri-mileísmo Allí seguramente cantarán y no faltará el aba naguila aba.

Netanyahu está feliz, más que Riquelme, porque a Milei le están saliendo bien las cosas. Elon Musk está extasiado con los números que exhibe la mascota libertaria. El león de la motosierra ya comprometió tropas argentinas –de trolls y burócratas de la sevicia y la perfidia- para cuando Israel las necesite en futuros genocidios. Así a todo el mundo le queda bien claro que Argentina apoya a Israel en el bloqueo a Cuba

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