Autor: Heaney Seamus

Entre mi dedo y mi pulgar descansa el bolígrafo rechoncho, como una escopeta.

Bajo mi ventana, un sonido limpio y áspero cuando la pala se hunde en el suelo de grava: mi padre, cavando. Yo miro abajo hasta que su forzada grupa se inclina abajo entre los macizos de flores, surge a veinte años de distancia agachándose al ritmo de los ejercicios de papas donde él estaba cavando, amando su fresca dureza en nuestras manos.
Por Dios, el viejo podía manejar una pala. Justo como su viejo. Mi abuelo cortaba más césped en un día que cualquier otro hombre en el pantano de Toner. Una vez le llevé una botella de leche encorchada descuidadamente con papel. El se enderezó para beberla, luego cayó en seguida mellando y cortando limpiamente, echándose los terrones al hombro, bajando y bajando por el buen césped. Cavando.
El frío olor del moho de la papa, el chapoteo y chasquido de la turba empapada, los cortes bruscos de un filo a través de raíces vivas despiertan en mi cabeza. Pero no tengo una pala para seguir a hombres como ellos.
Entre mi dedo y mi pulgar el rechoncho bolígrafo descansa. Yo cavaré con él.

traducción: HM

Vistas: 2
Compartir en