a Pat y Victorio
Esparzo bien las patas de la oveja águila, pezuñas de alambre para vigas de cobertizo, y hundo la hoja en la lana del cuello, hasta que los ojos grises se vacían de vida como pura agua fría de un cubo de lata. (Pateó, ahogándose en sangre nasal, toses líquidas y jadeantes me salpicaron de sangre.) Corto el vientre, desprendo la piel de la lana, pellizco la lana con la cuchilla hasta la carne rosada, ssst ssst ssst, pulgada a pulgada, luego arrojo la carcasa entera en sangrante pulverización sobre la valla. (Cerca de su rostro, se regaló lanzar una última respiración de su suave nariz negra, y calentó los pelos de mi nariz mientras inhalé el oscuro olor de su muerte.) En la brecha Mesquite hierve agua en el caldero de hierro y cocina cuartos traseros a la parrilla.
Esta noche invito a hombres y mujeres con duende, quienes toman una noche en la vida y la forjan en hierro en el fuego de su visión. Aragón se ha ido al río a tocar su tambor. Escucho el profundo pom pom pom alrededor de la hoguera, Alicia se acuclilla, despeina una gavilla de poemas, mientras Alejandro afina la guitarra. Sombras danzan alrededor de las piedras que bordean el fuego. (En la bota de Alejandro resplandece la empuñadura de un cuchillo.) Sus dientes brillan jugo de grasa (como los dientes de los niños, que juegan en la oscuridad a nuestra espalda). Hay miedo en el ojo del caballo acorralado cerca. (Escucho el tambor en el Río Grande. Boom pom boom pom…) La sangre chisporrotea, alfalfa húmeda en el aire, los murciélagos revolotean sobre las llamas. Yo arrojo un hueso brillante a los espíritus en el huerto, y Gonzáles grita, con su vieja voz terrenal “¡Juega, hombre! ¡Canta, mujer, canta! ¡Canta como cantan los viejos!”
Esta noche la vida es lujuria, muerte, hambre, violencia, inocencia, dulzura, honor, trabajo duro, y mañana iré a la iglesia. Pero esta noche salto en el impulso, instinto, en lo ardiente de este momento.
(¡Me comprometo!) De un momento a otro soy un saltador de abismos y el silencio es un fuego azul sobre mi alma de papel. Construyo de la nada. Soy aire, soy laberinto, un lugar sin entrada o salida, soy un espejo humeante.
¡Me comprometo! Las tormentas golpean mi corazón y destruyen sus prolijos surcos. Mis palabras son equipos de mula, que liberan, golpean, lanzan, afuera y arriba, y me dejan parado al aire libre, desnudo, con el rugido en llama de la estrella, abriéndose la vida…
(¡Me comprometo!)
Escucho las dos manos sangrar por el río tamborileando, profundos sonidos de tuba, de magia, desesperación, alegría, trance tejido de emociones a través del sonido, thumba, thumba, thumba. Sigue el tambor, thumba thumba thumba, umba umba umba, ba-ba ba-ba, thumba thumba thumba, escucho corazones aparearse con la tierra en canción, en espiral hacia la muerte en su largo thuuumbaa, hacia la vida nuevamente en ba-ba ba-ba.
El sonido es mancha en pureza, es llanto de cosa rota, el tambor no se marchita bajo la cama, pero eleva al corazón en lo nuevo a nuestro alrededor, todo a nuestro alrededor, viene, sigue, sigue al tambor, thumba thumba thumba, ba—ba—ba, thumba thumba thumba, ba—ba—ba, ¡de vida!
traducción: HM