Autor: Baca, Jimmy Santiago
Padilla descarga en el campo un rebaño sarnoso de ganado mexicano. Más malvados, cuernos largos y afilados para la batalla sangrienta, delgados por una dieta de maleza de la pradera, pareciéndose más al ganado de hace años en las llanuras que al ganado de ahora, globos perezosos y mimados parados todo el año para que los jueces de la Feria Estatal los admiren, muñecas de salón de belleza, con pezuñas pulidas y cuidadas, peinado con secador, encerado de labios y pestañas. Cabalgo por el camino de polvo al sol (mi yegua alazana) y ella se escabulle de su mirada desdeñosa, entra, trata de enlazarnos, trata de peinar nuestro cabello. Admiro a mis ancestros, vaqueros del llano, que encendían un cigarro casero en el polvo, escupen en guantes raspados, agarraban a uno por los cuernos, lo derribaban, lo marcaban con el mismo placer que disfrutaban en una reyerta de barracón.
traducción: HM