Perspectivas de la escuálida democracia mozambiqueña

Autor: André Goncalves

Hoy comenzó el conteo de votos en Mozambique, para una elección que se espera le otorgue otro triunfo al Frelimo (Frente de Liberación Mozambiqueño), que se halla en el poder casi desde su independencia en 1975 del colonialismo portugués, manteniéndose hoy bajo el yugo estadounidense y franco-británico. El Frelimo siempre fue acusado de amañar las elecciones, lo que el partido siempre ha negado. Los resultados estarán disponibles recién en dos semanas, en un recuento que en esta nación siempre ha sido lento y trafagoso.

Visitamos una escuela de Maputo, la costera capital, y nos permitieron ingresar a un aula para observar a los veedores o empleados del gobierno abrir urnas de cartón y empezar a cantar los votos mientras un funcionario atento anotaba en el pizarrón los votos que iba obteniendo cada uno de los cuatro candidatos con una tiza amarilla. Daniel Chapo, el favorito que aspira a reemplazar al presidente Filipe Nyusi, quien se bajó luego de cumplir los dos períodos consecutivos establecidos en la constitución, es un abogado de 47 años que trabajó en el sector financiero y representa una cara nueva para el Frelimo. Su principal contrincante es Venancio Mondlane, un candidato independiente apoyada por los jóvenes, que son la inmensa mayoría de esta atractiva nación africana. El ex comandante rebelde, Ossufo Momade, representa al Renamo, el principal partido opositor, quien suele salir segundo a una gran distancia.

Los comicios se cerraron a las 6 pm luego de un día pacífico de votación. Las ONGs occidentales no reportaron incidentes mayores. Pero las disputas comenzarán durante el conteo, en los próximos días. Los días de votación siempre transcurren en paz. Lo complicado viene después. En la elección municipal del año pasado se desataron protestas luego de que el gobierno informó que había barrido en todos los distritos del país, y la represión del gobierno fue entonces feroz.  

De los 35 millones de habitantes, más de la mitad tiene menos de 18 años, lo que revela una proyección demográfica tremenda. Resulta inquietante que la principal preocupación de los mozambiqueños es la extrema pobreza y la falta de oportunidades, y en un segundo plano, la insurgencia islamista en el norte, que ha forzado a miles a desplazarse y a detener proyectos gasíferos billonarios en dólares.

Una viuda de 72 años nos comentó al salir de la escuela «Le pediremos a quien gane que termine el conflicto en Cabo Delgado porque nuestros nietos se están muriendo… y no queremos que continué la guerra”.

Acompañado de su esposa, Chapo emitió su voto en la ciudad de Inhambane. “Agradezco al pueblo de Mozambique la oportunidad que me está dando hoy” –declaró a la prensa. Mondlane dijo que los jóvenes no aceptarán el fraude: “Creo profundamente que esta vez no será como las anteriores” declaró en el barrio de Malhangalene, habitado por la clase acomodada de Maputo.

En contrapartida, votantes como una joven enfermera de 28 años, afirman que sus expectativas son nulas: “No sentimos la energía de que la democracia va a mejorar. Somos jóvenes y las cosas son difíciles. Está todo mal en Mozambique, nos gustaría que el Frelimo nos libere de la intrusión colonialista de los europeos y norteamericanos, que incluso siguen armando sus guerras en nuestro territorio”.

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