Una alegría diaria para estar vivo

Autor: Baca, Jimmy Santiago

No importa cuán serenas sean las cosas en mi vida, cómo están yendo bien las cosas, mi alma y cuerpo son dos picos acantilados desde donde un sueño de quien puedo ser cae, y debo aprender a volar nuevamente cada día, o morir.
La muerte atrae respeto y temor de los vivos. La muerte no ofrece falsos comienzos. No es un referí con una pistola de aire comprimido en el arranque de una carrera de cien metros.
No vivo para recuperar o multiplicar lo que mi padre perdió o ganó.
Continuamente me descubro en las ruinas de nuevos comienzos, desenrollando la soga de mi vida para descender aún más profundo en abismos desconocidos, atando mi corazón en un nudo alrededor de un árbol o roca, para asegurarme que tengo algo que me sostendrá, que no me dejará caer.
Mi corazón tiene muchas rendijas de espinas de llama brotando de jarros rojos para velas. Mis sueños parpadean y se retuercen en el altar de esta tierra, la luz luchando con la oscuridad, la luz irradiando en la oscuridad, para ampliar mi día azul, y todo lo que es cera se derrite en la llama, ¡puedo ver las copas de los árboles!

traducción: HM

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