Autor: Dylan Thomas
Ahora digo no, hombre seca a hombre, seco amante mío, la base de roca muerta y sopla el ancla florecida, debería él, por el bien del centro, saltar en el polvo, abandonar al loco, la dureza de la ira.
Ahora digo no, señor dice no, muerte al sí, el sí a la muerte, el hombre sí y la respuesta, debería él, quien dividió a sus hijos con una cura, ha dejado sin hermano a su hermana en la sierra de mano.
Ahora digo no, no digo señor, sí, los muertos se agitan, y esto, no eso, es sombra, el cuervo aterrizado, él yaciendo bajo con ruina en su oreja, la marea del berberecho surgiendo del fuego.
Ahora digo no, así cae la estrella, así falla la bola, así resuelve el místico sol, la esposa de luz, el sol que salta en pétalos a través de un cero, viene el jinete cosechador de la flor.
Ahora digo no, un higo para el sello de fuego, muerte de talón peludo y el fantasma golpeado en madera, nosotros nos hicimos místicos como el brazo del aire, las dos venas, el prepucio y la nube.
traducción: HM