Autor: Dylan Thomas
La pena ladrona del tiempo se arrastra, la tumba arrastrada por la luna, con los años de mar, el truhán del dolor roba la fe santificada por el mar que puso al tiempo de rodillas, el viejo olvida los llantos, tiempo magro en la marea y tiempos en que el viento se puso áspero, llama a los náufragos que cabalgan la luz del mar por un camino hundido, el viejo olvida la pena, el golpe de la tos, el albatros colgante, lanzan de vuelta el hueso de juventud y con ojos de sal se tambalean a la cama donde yace ella, quien lanzó la alta marea en un tiempo de historias y eternamente yace amante del ladrón.
Ahora Jack, mis padres dejan al sinvergüenza cara de tiempo, la muerte destellando desde su manga, con un botín de burbujas en un saco sórdido se escabulle por la tumba del semental, encierra al forajido por una grieta de eunuco y libera la pena de cada doble, ningún silbato de plata lo caza por los picos dichos al día y a la muerte, esas burbujas robadas tienen mordidas de serpientes y los dientes de ojo de los resucitados, ningún tercer ojo sondea en el sexo del arcoiris que puentea las mitades humanas, todo permanecerá y en el golfo de la tumba se forma con los ladrones de mi padre.
traducción: HM