Autor: Dylan Thomas
Oh, fuera de un lecho de amor cuando aquel hospital inmortal hizo una movida más para calmar al cuerpo contado sin rizos, y arruinado y sus causas sobre el mar de púas y disparos asumió un ejército y barrió en nuestras heridas y casas, yo trepo para saludar la guerra en la cual no tengo corazón sino sólo que a una oscuridad debo mi luz, llamar al confesor y espejo más sabio pero no hay ninguno que resplandezca luego de la noche de lapidación de dios, y estoy conmovido tan solitario como un santo marcador por el sol, no alabo que el tiempo de primavera sea todo Gabriel y arbustos radiantes mientras la mañana surge alegre de la pira que ahuyenta los dolores y la lágrima voluptuosa de la multitud se enfría en el muro de los lamentos, mi pródigo sol ascendiendo, el padre con su carcaj lleno de infantes de puro fuego, pero benditos sean el granizo y la agitación, esa inquieta calma seguro está sola para pararse y cantar sola en la cáscara del hogar del hombre. Y la madre y casa derribada de la santa primavera, si sólo por una última vez.
traducción: HM