Muertes y entradas

Autor: Dylan Thomas

Casi en la víspera incendiaria de varias muertes cercanas, cuando uno en el gran menor de tus mejores amados y siempre conocido debe dejar leones y fuegos de su aliento volador, de tus amigos inmortales que levantaron los órganos del polvo contado para disparar y cantar tu alabanza, uno que llamó profundo deberá sostener su paz que no puede hundir o cesar infinitamente su herida y en muchos matrimonios el dolor enajenado de Londres.
Casi en la víspera incendiaria, cuando a tus labios y llaves, cerrando, abriendo, los extraños asesinados tejen, uno que es el más desconocido, tu vecina estrella polar, sol de otra calle, se sumergirá hasta sus lágrimas. El bañará su sangre lluviosa en el mar masculino, quien caminó por tus propios muertos y enrolló su globo fuera de tu hilo de agua y carga las gargantas de conchas con cada llanto desde que la luz destelló primero a través de sus atronadores ojos.
Casi en la víspera incendiaria de muertes y entradas, cuando cerca y extraño heridos de olas de Londres han perseguido tu sola tumba, un enemigo, de varios, que sabe bien que tu corazón es luminoso en la oscuridad observada, temblando a través de cerraduras y cuevas, tirará de los rayos para cerrar el sol, sumergirse, montar tus llaves oscurecidas y cauterizar a los jinetes de vuelta, hasta que uno amado menos asome el último Sansón de tu zodíaco.

traducción: HM

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