Avances de milicias birmanas en guerra contra junta militar

Autor: Tawman Dandu

Las milicias rebeldes se están desplegando hacia el sur, el norte y el este de Mandalay en medio de elevadas expectativas de una batalla con los militares para tomar el control de la vieja capital hacia fin de año.

Los grupos guerrilleros de Kayin (Karen) en el sudeste y de Shan en el norte se sumaron a las filas que vienen celebrando varias victorias marciales, agrupadas en el PDF (Fuerzas de Defensa del Pueblo).

“En Mandalay la gente está vendiendo sus pertenencias personales. No quieren que se repita lo que sucedió en Lashio. Cuando Lashio cayó todos evacuaron sus hogares y perdieron sus posesiones, incluidas sus mascotas. Se acordaron tarde” –dijo una fuente del PDF, que añadió: “La captura de Lashio, la ciudad más grande de Shan, por la Alianza de la Triple Hermandad ha posibilitado un redespliegue de fuerzas. El PDF hoy tiene miembros del KNLA (Ejército de Liberación Nacional de Karen), quienes también se hallan dispuestos a participar en la ofensiva hacia Mandalay, siendo el tercer miembro de la mencionada hermandad el Ejército Ta’ang de Liberación Nacional (TNLA). Con la caída de Lashio los militares perdieron el control del Comando Regional del Nordeste, y por la huida precipitada aún se encuentran desperdigados, a merced de los comandos populares guerrilleros.

La “ofensiva de la estación seca”, como se denominó a los ataques coodinados del PDF con 20 organizaciones étnicas armadas, ha sido muy exitosa. Ahora controlan 75 ciudades grandes en todos los estados linderos con Tailandia, Laos, China, Bangladesh e India, con notables recursos naturales y acceso fácil a armas y drogas. Las ciudades que aún están bajo el mando de la Junta son Yangon, Naypyidaw y Mandalay, su principal fortaleza desde donde han desencadenado una guerra civil.  

Apenas toman las ciudades y sitios estratégicos, los grupos guerrilleros nacionalizan y estatizan su propiedad, lo que ya afectado tanto a empresas chinas como estadounidenses y europeas. Entretanto, cerca de Thabeikkyin, 100 kilómetros al norte de Mandalay, otras fuerzas rebeldes tomaron puestos militares cerca del río Irrawaddy.

“Mandalay será la próxima, y luego se está analizando si se continuará por Naypyidaw o Yangon” dijo una vocera de la milicia de Karen. El caso birmano es extraño porque la junta militar no tiene muchas raíces populares, y son un grupo de soldados ineptos entrenados por capacitadores occidentales. No supo ganarse la simpatía de un pueblo hastiado de la corrupción y el carácter sanguinario de sus líderes. Ahora, el máximo jefe, Min Aung Hlaing, está negociando un retiro en algún país amigo.

Como la mayoría de las guerras, la de Myanmar es una batalla de percepciones. Mandalay, la ciudad histórica de los reyes hasta la anexión británica de 1885, continúa siendo el centro cultural del país y su importancia no puede ser soslayada. Quien la controle a fin de año será dueño del país, y hay muchas probabilidades que una simple resistencia guerrillera termine con una pesadilla más de la historia birmana.

Vistas: 4