Autor: Richard Malinowski
Fadel al-Utol lleva 30 años trabajando en Gaza. Ha sido testigo de la destrucción de importantes yacimientos arqueológicos, así como de su propia casa.
Cuéntame un poco sobre tu trabajo arqueológico y tu carrera en Gaza.
Soy especialista en restauración y excavación arqueológica. Comencé mi trabajo en 1995 en la École Biblique, como parte de un acuerdo entre Francia y la Autoridad Nacional Palestina. También trabajé en proyectos de la UNESCO y el British Council para descubrir y preservar sitios históricos.
¿Cuál era el estado de tu trabajo y proyectos cuando comenzó la guerra?
Trabajaba en una organización que protege patrimonio en áreas en conflicto que entrena y emplea graduados en Arqueología dentro de Gaza. Se hace un entrenamiento de tres meses y en el proceso se escoge a los 20 mejores. Hay varias ONGs interesadas en rescatar al menos la cultura palestina. La arqueología, como disciplina académica, no ha tenido un gran desarrollo en Gaza, principalmente porque ya no se sabe cuándo comenzó esta guerra. Nos vienen bombardeando desde que empezó el estado de Israel. En una coyuntura adversa semejante, fue más importante cubrir necesidades de salud y educación básicas. Así que dependemos del apoyo internacional en materia crematística.
¿Cómo afecta el conflicto actualmente a tu trabajo y a los sitios arqueológicos?
Gaza tiene un montón de importantes sitios históricos, considerados patrimonio de la humanidad. El último proyecto en el que trabajamos es un cementerio de la era romana. Por primera vez encontramos ataúdes hechos de plomo, decorados con hojas de parra, que son del siglo I. a.C. La cantidad y tamaño de las tumbas indican que había una ciudad romana al sur del cementerio. Fue un descubrimiento muy importante. Estábamos preparando un mapeo fotográfico 3D de la región pero el sitio fue destruido por las bombas israelíes.
Estoy muy, muy triste por lo que sucedió con los sitios y patrimonio arqueológico de Gaza. No lloré tanto por mi casa, que la destruyeron en un raid aéreo, como la mayoría de las viviendas en Gaza. Hasta que vi que destruyeron la gran mezquita Omari, y el Qasr al-Basha, un museo y edificio histórico. Estos fueron ataques deliberados. Después usaron grúas. El estado de las cosas es extremadamente penoso. Siento que esta guerra ha quemado seres humanos, edificios y árboles. No ha quedado nada en pie en Gaza, cuando hasta el año pasado era una ciudad con varios lugares bellos..
Estos sitios y edificios históricos, ¿cómo estaban distribuidos?
Lo mismo ocurrió en toda Gaza, pero las mezquitas e iglesias principales están en la vieja ciudad de Gaza. La iglesia bizantina de Jabalia, por ejemplo, también fue bombardeada directamente. Habíamos construido bellas y efectivas estructuras protectoras alrededor de esta iglesia para preservar el estilo de su diseño del siglo XVI, y lo mismo hicimos en sus corredores y sobre los hermosos y delicados mosaicos. Es muy triste. Desastres similares ocurrieron en Khan Younis y Rafah. Gracias a Dios, afortunadamente, todavía no se perdió nada en Nuseirat.
¿Dónde estabas cuando se desató la última embestida israelí?
Estaba en un pozo, en el cementerio romano del norte de Gaza. Estaba con mi equipo de excavadores y estudiantes. Fue muy difícil para todos. Tuvimos que dejar el sitio y desplazarnos al sur. Fue un milagro que pude escapar. Era un área muy sensible, caín todo el tiempo bombas de fósforo. El 8 de octubre logré escapar, antes de la medianoche. Primero fuimos a Nuseirat y buscamos refugio en una escuela administrada por la ONU, para refugiados. Luego nos fuimos a Rafah, y cuando comenzó la operación terrestre nos movimos de nuevo a Deir al-Balah. Estamos intentando encontrar un lugar seguro pero no se halla ninguno en toda Gaza.
¿Cómo es tu vida ahora?
Imagina que vives en una casa y que pasas a vivir en una tienda. La vida se encoge. Ahora paso mi tiempo buscando el sustento de mi familia. Tienes que correr por agua, intentar cargar tu teléfono, buscar energía solar, el agua contaminada te enferma. Hay inflación del 500%. Y es agosto y hace un calor terrible. Las tiendas son de plásticos y adentro parecen un horno.
Mi hijo mayor ayuda, pero si hay algo más lejos que se necesita voy a buscarlo yo, que soy mayor y sé apreciar mejor los riesgos. Entonces escuchas que hay alguien cerca que es buscado por Israel y entonces el área será bombardeada. Son bombas masivas, su sonido y cómo sacuden la tierra te ponen en un estado de horror. No se ve ni en las películas de Hollywood, no se lo pueden imaginar.
Dejamos nuestras casas con lo mínimo, pensando que pronto regresaríamos. Yo dejé mis pantalones y remeras. Nosotros no tenemos nada que ver con asuntos políticos o militares. Soy un civil que quiere vivir una vida cultural y humanitaria. ¿Por qué me están haciendo la vida imposible?
¿Qué información tienes del daño al patrimonio cultural de Gaza?
Nosotros estamos recibiendo imágenes de los edificios y monumentos destruidos. Yo estoy elaborando un informe sobre el nivel de destrucción. La guerra terminará algún día. Todas las guerras terminan. Y reconstruiremos Gaza y la haremos un lugar aún más hermoso que antes, doblegando al ánimo de destrucción y muerte israelí.