Autor: Cullen, Countee
No deberíamos plantar siempre mientras otros cosechan el dorado incremento del fruto estallando, no siempre el semblante, abyecto y mudo, los hombres inferiores deberían sostener a sus hermanos baratos, no por siempre mientras otros duermen deberíamos seducir a sus miembros con flauta melodiosa, no siempre inclinarnos a algún bruto más sutil, no fuimos hechos para llorar eternamente. La noche, cuyo pecho de sable alivia la crudeza, estrellas blancas no son menos adorables estando oscuro, y hay retoños que no pueden florecer jamás a la luz, sino se arrugan, penosos, y caen, así en lo oscuro escondemos el corazón que sangra, y esperamos, y tendemos nuestras agonizantes semillas.
traducción: HM