Bangladesh y su extraño amor por la selección argentina

Autor: Vishan Mutar

De Bangladesh sólo sabemos que son fanáticos de la Scaloneta, atraídos por su falso tercermundismo, creyendo que es una selección anticolonial porque esboza cantitos racistas contra jugadores franceses. Son pequeñas venganzas que se toman los pueblos oprimidos hasta el gaznate, las sociedades y territorios saqueados de manera bestial, como es el caso de Argentina y la nación asiática.

El gobierno de Bangladesh decretó ayer el estado de sitio y desplegó militares para ayudar a contener los disturbios producidos en varias ciudades. Según un cable de la agencia AFP, murieron más de 105 personas en las protestas que desafiaron a la primer ministra Sheikh Hasina, que ya hace quince años está atornillada a su puesto. También se bloqueó el acceso a Internet en todo el país, lo que incluye también a las redes sociales. Los manifestantes prendieron fuego a las oficinas de la TV pública, que inmediatamente dejó de transmitir. También invadieron la prisión de Narsingdi, al norte de la capital, dieron rienda suelta de nuevo a su piromanía luego de liberar a varios compañeros.

Los sitios web del banco central, la policía y la primera ministra fueron hackeados y llenados de mensajes convocando a la resistencia. Uno de ellos, enviados por un hacker amigo, decía. “Esto ya no es una protesta. Ahora es una guerra”. También leímos un mensaje de una estudiante enojada y alerta: “El gobierno quiere silenciarnos y ocultar sus acciones. Debemos mantenernos informados sobre lo que sucede en el terreno”.

Las protestas comenzaron en campus universitarios, donde los estudiantes solicitaban el fin del sistema de cupos que reserva el 30% de los empleos estatales a familiares de veteranos de la guerra de independencia, acaecida en 1971.

De acuerdo con las organizaciones estudiantiles bengalíes, el gobierno envió a matones a atacar a quienes protestaban, y la policía les lanzó un cóctel de gas lacrimógeno e hilarante, mezclado con balas de goma y plomo, en un combo que dejó un desparramo de muertos.

Testigos afirman que las protestas comenzaron a adoptar una postura antigubernamental muy fuerte, quejándose del carácter autoritario y dictatorial de Hasina, acusada también de corrupta y reprimir salvajemente a los críticos de sus medidas. Según testimonios de varios ciudadanos insumisos, hay fuerzas paramilitares levantando opositores en las calles, torturándolos y arrojándolos al mar al estilo argentino (se ve que Argentina da el ejemplo también en escuadrones de la muerte, además del futbolístico). De acuerdo con referentes de una alianza opositora, el triunfo de ella en las elecciones de 2009 fue totalmente fraudulento.  

Las manifestaciones violentas duraron toda la semana, y un periodista del Dhaka Times, Mehedi Hasan, murió de un balazo mientras cubría los incidentes. Al justificar el cierre de Internet, el ministro de Telecomunicaciones, Zunaid Ahmed Palak, dijo que se estaba usando como un arma para esparcir rumores, mentiras y desinformación.

Hasina ordenó el cierre indefinido de todas las universidades. En su último discurso condenó el crimen de estudiantes en las protestas y prometió justicia, y les advirtió a los rebeldes que la corte suprema se estaba por expedir sobre el asunto del sistema de ingreso a la función pública, pero esto poco incidió para aplacar la revuelta. 

A Hasina también la acusan de enardecer los ánimos tras llamar a los manifestantes “razakars”, que es como llaman en Bangladesh a los traidores que cooperan con el tradicional enemigo paquistaní.

Si uno se fija en la economía de Bangladesh es más o menos tan desastrosa como la de Argentina, sometida a una inflación invivible y un desempleo deprimente, en medio de una recesión y quiebras de empresas de todos los sectores. Hay tensiones políticas y son profundas las grietas de opinión en asuntos clave para el desarrollo de la nación. A los jóvenes “nini” (ni trabajan ni estudian) no les queda otra que hinchar por el Messi miamero y su selección mafiosa. Aquí no les van a dar bola y los seguirán reprimiendo…

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