Autor: McKay, Claude

El vívido césped con visible deleite brotando triunfante desde la tierra preñada, las mariposas y gorriones en breve vuelo, trinando y danzando por el nacimiento de la estación, los dientes de león y raros narcisos que tocan el corazón profundamente agitado con manos de oro, los zorzales lanzando sus alegres trinos, no esos, ¡no esos que contemplé por primera vez! Pero sentados en los bancos embadurnados de verde, los náufragos de la vida, unos pocos dormidos, algunas mujeres marchitas desoladas y mezquinas, y sobre todo, la sombra oscura y profunda de la vida. Lamentándome me aparto, porque tengo la fuerza para soportar la miseria pero no para verla.

traducción: HM

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