Autor: McKay, Claude
I
Toda la noche, a través de la eternidad de la noche, el dolor era mi poción aunque no podía sentirlo. Profundo en mi humillado corazón pisaste tu talón, hasta que fui despojado de incluso mi luz interior, hasta que la razón de mi mente tomó vuelo, y todo el mundo a mi alrededor partió arremolinándose en un carrete. Y toda mi fuerza morena se volvió fría como el acero, una masa pasiva bajo tu insignificante poder. Anoche te dí un triunfo sobre mí, entonces debería ser yo como fui una vez antes, me maravillé ante tu misterio superficial, y aceché hambriento la puerta de tu templo. Te di suma y sustancia para ser libre, ¡oh, nunca más triunfarás!
II
No temo afrontar el hecho y decir qué oscuramente aburridas se tornaron mis horas vivientes, mi corazón herido se hunde más pesado que piedra, ¡porque te amé más que un día! No me avergüenzo de apartarme de las flores llamando a ser sopladas hermosamente, de lamentar tu vívido recuerdo solo en fortalezas de montaña austeramente grises. Las nieblas me amortajarán en la altura absoluta, las aguas saladas rebosando de mi pecho se mezclarán con los frescos rocíos de la noche para bañar mi espíritu anhelando descansar. Pero luego del sueño me despertaré con mayor poder, una vez más para aventurarme a la búsqueda eterna.
traducción: HM