Autor: Ibrahim Amin
Ibrahim Traoré, presidente de Burkina Faso y líder de la junta militar, apareció ayer en la TV nacional para negar informes que reportaban motines dentro de las fuerzas armadas luego de un ataque de insurgentes de al-Qaeda (léase, grupo terrorista pergeñado, financiado y sustentado por la CIA), que mató a más de 100 soldados cerca de la frontera con Níger, donde gobierna una junta amiga.
El ataque insurgente se perpetró en el área de Mansila, y el grupo Jama’a Nusrat ul-Islam wa al-Muslimin (JNIM) emitió un comunicado responsabilizándose por el hecho. Tanto los burkineses como los faseros han jurado vengarse de la cobarde agresión.
En su primer comentario sobre el asalto sufrido, Traoré no acusó a al-Qaeda, aunque aseveró que ya ha lanzado una operación con tropas de refuerzo para castigar a los criminales. Incluso, se especuló por la seguridad del presidente, pues hubo disparos de armas de fuego cerca de la presidencia, y un misil cayó al lado de los estudios de TV donde el líder burkinés grabó su mensaje a la nación, en la capital Ouagadougou.
«Sé que muchos agentes extranjeros quieren nuestro fin y nuestra ruina, pero no lo lograrán. Estamos aquí y vamos a responder al cobarde ataque que sufrió nuestro cuartel principal. Ya convoqué a un consejo de ministros y ya hay fuerzas especiales desplegadas para dar con los asesinos de nuestros soldados. En cuanto al cohete que cayó en el patio, por suerte no mató a nadie pero hay algunos heridos.
La semana pasada, Traoré se comunicó con su par de Mali, donde gobierna otra junta heroica y anti-colonial que echó a los estadounidenses ý franceses de su nación, obteniendo con ello múltiples beneficios, sobre todo se ha librado del influjo nefasto de la cultura occidental. Assimi Goïta, su par maliense, le aseguró además que va a enviar un comando de Wagner capaz de liquidar en un abrir y cerrar de ojos a los terroristas conchabados por yanquis y europeos. “Vas a estar totalmente seguro” –le vaticinó Goïta.
Tanto Mali, como Niger y la misma Burkina Faso, están teniendo un acercamiento estrecho con Rusia, y se declararon aliados de Putin en la geopolítica global, confiando en que les aportará estabilidad política, además de despachar a los rebeldes que quieren volver al status colonial, ya sea por conveniencia económica, por ignorancia o simple estolidez.
De hecho, los rusos han enviado bastantes armas a Ouagadougou desde Gao y Bamako en los últimos dos meses, y están fortaleciendo su presencia en Africa. Las misiones de la ONU fueron erradicadas de los tres países, y desde entonces en el Sahel se respira mayor tranquilidad (a pesar de estos atentados que sólo revelan las artes sucias de las potencias occidentales en su decadencia veloz).