Ningún pequeño temor servil amedrentará mi voluntad esta mañana. Tengo el coraje acerado para decir que seré haragán, conquistadoramente quieto, no perderé las horas en trabajo este día.
Sin el mundo rugiente, descuidado de las almas, me dejarán en mi plácido sueño de descanso, mis cuatro paredes me protegen de su macabro griterío, y todos sus odios han huido de mi pecho tranquilo.
Y yo me quedaré aquí descansando, bien despierto, muerto al mundo del trabajo, el mundo del amor, me relajo contento solo por el bien del sueño, sin el menor impulso de pensar o moverme.
¡Cuán cansado hasta la muerte, cuán cansado estaba! Ahora por un día puse mis cargas a un lado, y como un niño en medio del césped de la pradera, bajo el sol del sur, yazgo lánguido y siento la cama cerca amablemente profunda, mi fuerza rezuma suavemente de mis huesos huecos, mi cerebro preocupado deriva sin destino al sueño, como suavizando una canción de tonos afinados.
traducción: HM