Autor: Lizbeth Pérez
El pequeño pueblo de Tila fue abandonado por sus residentes, quienes debieron huir del ataque de hombres fuertemente armados, convirtiéndolo en un un pueblo fantasma. A pesar de que ahora sus calles vacías son patrulladas por tropas del gobierno aún tienen miedo de volver.
“Escuchamos balaceras toda la noche” dijo María, residente de este pueblo ubicado a 230 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez, capital del estado de Chiapas. Testigos aseveran que cientos de hombres armados llegaron a Tila en camiones y comenzaron a disparar a las casas, los negocios y prendieron fuego a varios edificios. Los hombres usaron armas de grueso calibre y vestían atuendos militares.
El ejército desplegó 5.000 hombres en el área y comunicó que ya detuvo a seis sospechosos. Todos los habitantes de Tila huyeron a los refugios del gobierno más cercanos, donde muchos aún permanecen durmiendo sobre alfombrillas en el piso. “No vamos a volver hasta asegurarnos de que los criminales estén muertos o en la cárcel. Nuestras vidas están en riesgo” nos dice Saúl, que tenía una pequeña tienda en el pueblo.
Luego nos contó en detalle los desmanes y ataques de los que fueron víctimas, violentos y cobardes a la vez. Tila quedó con varios vehículos carbonizados y las paredes agujereadas por los impactos de balas. Muchas comunidades de este estado donde surgió la revolución zapatista han sido abandonadas por los embates de bandas paramilitares o del narco mientras se ha destruido un ecosistema fascinante con la construcción del tren Maya.
Igualmente, el problema en Tila se debe a una vieja disputa territorial, y la banda criminal que los atacó los ha estado extorsionando durante décadas. «Quien se negaba a pagarles era ejecutado” dijo María, hablando desde su refugio en Yajalón, a 30 kilómetros del pueblo. “Amenazaron con violarnos y robarnos a nuestros hijos si no les pagamos”. El narco ha crecido en la misma medida que retrocedió el movimiento zapatista. El movimiento de la Cuarta Transformación de López Obrador no ha reducido el grave problema de narcotráfico en México, infiltrado hasta la médula por agentes estadounidenses. Sheinbaum asumirá en octubre y ya prometió una mayor concentración en los combates contra los cárteles criminales, quienes se abastecen de armamento “gringo” de última generación.
El estado de Chiapas, con el impulso del movimiento zapatista, se había mantenido ajeno a las garras del narco, pero la buena presidencia de MORENA no pudo evitar que hoy el Cartel Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa estén disputándose territorios a sangre y fuego, generando desplazamientos y deteniendo la potencia de los movimientos revolucionarios, que era prometedora cuando el subcomandante Marcos era menos poeta y más soldado.
«Quemaron mis dos casas. Estamos esperando que las autoridades tomen serias medidas” –dijo María ya despidiéndose para ir a rezarle a la virgen de la Merced por la pronta restitución de su bucólica y hermosa vida en Tila.