Autor: McKay, Claude
Oh, corazón solitario tan tímido de abordar, como la tímida flor tropical que cierra sus labios al frágil tacto de suaves puntas de dedos: ¿Cuál es tu palabra?, ¿qué pregunta abordarías?
Tus cálidos ojos lustrosos son del tipo demasiado triste para enmascarar el sentido de tu historia soñadora, tu vida resguardada demasiado exquisitamente frágil contra las dagas de mi mente guerrera.
No hay parte de la inaquebrantable tierra, hasta rocas desnudas donde las águilas construyen su nido, que nos dé descanso amistoso e imperturbable. Ningún rocío suaviza este vasto cinturón de escasez.
Pero en los dientes cincelados de la lucha, que brillan en hileras aserradas en todas las tierras, podemos estrechar nuestras comprensivas, hambrientas manos, y beber nuestra porción de ardiente amor y vida.
traducción: HM