Autor: McKay, Claude
Si debemos morir, que no sea como cerdos cazados y encerrados en un sitio inglorioso, mientras a nuestro alrededor ladran perros locos y hambrientos, haciendo su burla a nuestro maldito destino. Si debemos morir, oh, muramos noblemente, que nuestra preciosa sangre no se derrame en vano, entonces, ¡hasta los monstruos que desafiamos estarán limitados a honrarnos aunque muertos! ¡Oh, hombres parientes, debemos encontrar al enemigo común! Aunque superados en número mostrémonos valientes, ¡y por sus mil golpes demosle un golpe mortal! ¿Qué, aunque ante nosotros esté la tumba abierta? Como hombres enfrentaremos al asesino, cobardemente empacado, ¡presionados contra la pared, muriendo, pero volviendo a luchar!
traducción: HM