Aunque ella me alimenta pan de amargura, y hunde en mi garganta su diente de tigre, robando mi aliento de vida, ¡confieso que amo este infierno cultural que prueba mi juventud! Su vigor fluye como mareas en mi sangre dándome fuerza erecta contra su odio. Su grandeza barre mi ser como una corriente. Aún como un rebelde se enfrenta a un rey en estado, yo me paro dentro de sus muros sin una pizca de terror, malicia, ni una palabra de burla, oscuramente contemplo los días por venir, y veo su poder y maravillas de granito allí, bajo el tacto de la mano infalible del tiempo, como tesoros incalculables hundiéndose en la arena.
traducción: HM
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