La visión de los arcángeles

Autor: Brooke, Rupert

Lentamente ascendiendo picos silenciosos, hacia el extremo blanco del mundo, caminaban cuatro arcángeles, claros contra el indiferente cielo, cargando, con pasos tranquilos y parejos, y grandes alas enrolladas, un pequeño y sucio ataúd, donde debía yacer un niño, era tan pequeño. (Aún, ustedes habrán fantaseado, Dios jamás hubiese ordenado a un niño que se aleje de la fuente y la luz del sol, y encerrarlo en aquella armazón solitaria, para caer por siempre en el vacío y el silencio, en la noche…)

Ellos luego desde la cima lo arrojaron, y lo observaron caer, a través de penumbras desconocidas, aquel frágil y negro ataúd –y adentro aquel pequeño y penoso cuerpo de Dios yaciendo, acurrucado como algún solitario pétalo de flor arrugado-, hasta que no fue más visible, entonces volvieron nuevamente con rostros acongojados y serenos hacia la llanura.

 

traducción: HM

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