Autor: Iván Cepeda

El presidente de Colombia Gustavo Petro ordenó a sus fuerzas militares activar la captura de Iván Mordisco, máximo comandante r del EM C -Estado Mayor Central-, facción disidente de las,pacificadas FARC, que rechazaron un acuerdo de paz con el estado. De este modo, se agravó la ruptura de relaciones con esta banda, luego de la orden del primer mandatario, impartida desde la provincia de Sucre.

«Quiero que capturen vivo a Mordisco, no lo maten, no quiero que vayan a asesinarlo porque lo deseo vivo, porque va a ir a la cárcel” aseveró Petro a una multitud de adherentes y militantes.

El EMC no respondió de inmediato a la decisión de Petro. Tampoco reaccionó hace una semana, cuando el gobierno suspendió el cese al fuego bilateral con el grupo en tres provincias, luego de que sus miembros atacaran a una comunidad indígena para matar a uno de sus líderes.

Las conversaciones forman parte de la política de “paz total”.que pretende instalar Petro, que busca poner fin a un conflicto armado que lleva casi seis décadas, y que le ha costado la vida a 450,000 personas.

Los analistas advirtieron que la suspensión de las conversaciones en las provincias de Nariño, Cauca y Valle del Cauca, así como las pullas intercambiadas entre Petro y Mordisco –quien acusó al presidente de traición- amenazan la agudización de un problema interminable, con un gobierno tan torpe como tambaleante al que le cuesta enderezar un rumbo cierto. Lo único rescatable de todo esto, el sombrero fresco y elegante del mandatario…

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