Autor: Colin Freeman
Un miembro activo de la fuerza aérea de los Estados Unidos murió ayer luego de prenderse fuego afuera de la embajada israelí en Washington DC, no sin antes declarar que “ya no será cómplice de un genocidio”. Se trata del piloto de 25 años Aaron Bushnell, de San Antonio, Texas. La policía fue alertada del hecho, y de inmediato llamó a los Servicios Secretos.
Un video que se posteó en Internet muestra a Bushnell uniformado gritando “Liberen a Palestina”. Mientras grita a los transeúntes que es un soldado estadounidense, se unta el cuerpo con alcohol y arroja un fósforo encendido a sus pies. Estuvo ardiendo por más de un minuto hasta que oficiales apagaron su fuego lanzándole aguanieve.
Bushnell caminó a la embajada y comenzó a transmitir su espectacular muerte en la plataforma Twitch, que ya lo retiró por orden de los capos de la CIA y del complejo militar-industrial.
Un vocero de la fuerza áerea confirmó que Bushnell era un miembro activo pero se negó a dar más detalles. Por su parte, el agregado de prensa de la embajada hebrea aseguró que no hubo heridos y que desconocían al hombre.
Una publicación en Facebook de Bushnell circuló en Twitter, donde se podía leer: “A muchos de nosotros nos gusta preguntarnos, ‘¿qué haría se viviera durante la esclavitud, el apartheid o en plena segregación racial?, ¿qué haría si mi país estuviera cometiendo un genocidio?’ La respuesta es, lo estás haciendo. Justo ahora”. La autenticidad de estas palabras no pudo ser inmediatamente verificada, pero nadie las refutó.
Cuando encontraron el auto de Bushnell, rápidamente llamaron a un grupo experto en explosivos pero no se hallaron materiales de ese tipo. La embajada fue el foco de protestas pro-palestinas durante los últimos dos meses, llamando a que el ejército israelí detenga su ofensiva en Gaza, habiendo superado ya los 30.000 palestinos muertos (la mayoría mujeres y niños).
Parece que aún quedan soldados concientes de la enajenación y la locura en la que se han visto inmersos, y demostrarlo de esta manera puede contribuir a que unos cuantos héroes más se inmolen, sabedores de la crueldad e inhumanidad de “tomadores de decisiones” como Biden o Netanyahu.