Autor: Robert Louis Stevenson
Te mantuviste despierta por largas noches y observaste por mi inmerecido bienestar: porque tu mano más confortable que me condujo a través de tierra desnivelada: por todos los libros de historias que leíste: por todos los dolores que calmaste.
Por todo lo que te apesadumbraste, todo lo que soportaste, en días felices y tristes de antaño: mi segunda madre, mi primera esposa, el ángel de mi vida infantil, desde el niño enfermo, ahora bien y viejo, ¡toma, niñera, el pequeño libro que sostienes!
Y garantíza, Cielo, que todos los que lean lo encontrarán tan querido como una niñera a necesidad, y cada niño que lista mi rima, en el brillante clima de la guardería junto al fuego, ¡escuchará adentro una voz tan amable como hizo disfrutar mis días infantiles!
traducción: HM