Atlas Network: la red inmunda que gobierna hoy en Argentina

Autor: Alvaro Correa

Hay elementos del fascismo, cosas tomadas del marketing político estadounidense y elementos que reflejan el pasado dictatorial del país. Pero la mayor parte del programa de gobierno de Javier Milei fue diseñado por esta ONG que se arroga ser un think tank neoliberal libertario siendo vulgares fugadores y lavadores de dinero, mafias plutócratas que tienen las riendas de Estados Unidos, sea demócrato o republicano su presidente. El gran proyecto macrimileísta consta de cierres masivos de entes estatales, demolición de los servicios públicos, privatización de los bienes públicos, destrucción de leyes que protegen a trabajadores asalariados, colectivos vulnerables y organizaciones sociales, saqueo de los bancos y tesoros del Estado, entrega de tierras estatales a terratenientes extranjeros, criminalización de las protestas pacíficas, restricción del derecho a huelga, etc.

Con dos engendros normativos como el DNU y la Ley Omnibus se ha calcado el programa que el partido Conservador inglés ha instrumentado por más de 45 años, aplastando los proyectos de vida de la población pobre y de clase media, y exacerbando los ánimos caldeados en la vida pública. Atlas Network promueve la aplicación de este paquete económico y político en todo el mundo. Fundado por el británico Antony Fisher. CEO del Institute of Economic Affairs (IEA), miembro privilegiado de “Atlas”, el think tank actúa impunemente a pesar de los daños y muertes ocasionados por su “paquete” en sociedades consideradas desarrolladas, como la ‘Irlanda prometida’ de Milei. Lobbystas de los emprendimientos comerciales más criminales, se florean en su salsa ante la ignorancia y estupidez de los electorados, y la aquiescencia de Cortes Supremas de Justicia que protegen sus negocios y negociados. Ellos tienen “la libertad” de arruinarnos la vida bajo las formas de una democracia podrida y represora.

Así como lo intentaron aplicar Bolsonaro en Brasil, Trump en Estados Unidos o Rishi Sunak en Inglaterra, el programa es el mismo, con leves variantes en algunos temas, todos focalizados en cómo hay que reprimir y combatir cualquier tendencia o experiencia cooperativa o socializante. Ellos son los rostros de una misma entidad corrupta hasta el tuétano y digna de ser guillotinada: Atlas Network.

¿Y quién financia a esta ONG? BlackRock, los hermanos Koch, y otros billonarios de ultraderecha, empresarios del sector petrolero, minero y tabacalero que atentan contra la naturaleza y la misma vida humana en el planeta Tierra. Los thinktanks son sólo intermediarios, ellos ponen la jeta por sus donantes, los ultrarricos que ganan por afano la guerra de clases. Cuando un gobierno responde a las demandas de la red Atlas Network, está obedeciendo a sus jefes que ponen la plata, los Elsztain y otros judíos de esa ralea que hoy perpetran un genocidio en Gaza ante la indiferencia mundial.

Lo más pavoroso es su éxito para convertir a las supuestas democracias en asuntos de su exclusiva propiedad. Las leyes y las “Cortes” los amparan para perpetrar sus saqueos. Ellos son quienes han instalado el discurso del “gatillo fácil” y la “tolerancia cero”, los que definen como extremistas o terroristas a todos los que publican cuestionamientos a sus designios.

Pero lo peor está por venir. Trump nunca ha desarrollado una plataforma de gobierno coherente. Sus decretos y acciones de gobierno siempre fueron dictaminados por The Heritage Foundation, otro miembro selecto de Atlas Network. Muchas de sus propuestas para doblegar en revancha al vejete Biden no tienen la menor relación con los intereses o demandas de la ciudadanía, todas responden a intereses de miembros de la red Atlas.

Cuando Friedrich Hayek y otros formularon los principios del neoliberalismo creían que defendían al mundo de la tiranía. Pero cuando una red de think tanks articuló e implementó su programa, devino en una nueva fuente de opresión. En Argentina se pretende aplicar fríamente la doctrina del shock, arrasando con derechos y cagándose en las necesidades básicas insatisfechas de la mayoría de la población. De este modo el poder plutócrata toma el control de la vida pública y se ufana de que va a terminar con “la decadencia kirchnerista”, lo cual es una abstracción inextricable al lado de los vejámenes y desastres ocasionados por las medidas que han puesto en marcha.

Vistas: 2
Compartir en